A principios de año, conocí a una empresa que vende un producto que me encanta. Llegué a la reunión emocionado. Son grandes, admirables. Platicamos sobre FleetHR y el fundador me dijo:
“Suena padrísimo, me recuerda al libro Good to Great. Tú me ayudas a pasar de good a great.”
Le respondí:
“Exactamente. Nosotros te decimos quién, tú decides para qué.”
La conversación fluía. Hasta que dijo:
“El timing es perfecto. Estoy creando el área de recursos humanos y contraté a una directora. Tiene mucha experiencia. Nos va a ayudar a sacarle provecho.”
Red flag. 🚩
Recordarán de la entrega anterior cuándo es buen momento para armar tu equipo de RRHH. Pero no hemos hablado de cómo empezar.
Continuó:
“Empezaremos por KPIs, haremos 9box, sabremos quién está en el puesto correcto.”
Salí de la reunión pensando: ya la armamos.
El siguiente paso: conocer a la directora.
Me senté con ella unos días después. Llegó tarde, corriendo, agobiada. Me dijo que no acababa. Que estaba de un lado al otro. Le pregunté cómo se sentía en sus primeros días.
“Un caos.”
Platicamos largo y tendido. Y me confesó:
“El reclutamiento es mi problema.”
Más allá de los retos del negocio (como la rotación por competencia feroz o el robo de talento entre sucursales), no sabían qué tan grande era el problema. Lo intuían. Pero no lo habían medido.
Antes de pensar en plataformas, necesitas entender tu nivel de madurez.
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Porque no puedes escalar lo que no está ordenado.
El siguiente mes te compartiré la tercera entrega:
“Diseña tu primer plan de trabajo de RRHH”
Te enseñaré cómo definir objetivos claros, métricas accionables y prioridades realistas para tu nueva área de personas. Sin humo. Sin adivinanzas.
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